A este plan de viaje se le llama comúnmente La Ruta Moche, pero a mí eso particularmente me crea algo de confusión ya que moche es solo una de las varias culturas que se desarrollaron en la costa norte del Perú, a la cual también se le denomina mochica (para hacerlo un poco más complicado tal vez). Pero en realidad, lo que se puede apreciar en un dedicado tour por la región es un mosaico de culturas que comprende: la lambayeque -también conocida como sicán, la chimú, y obviamente la más representativa y que les antecedió, robándose la titularidad y la fama.
Es por ello que hemos decidido darle un poco de orden a ese mosaico, para que cuando vuelva a casa pueda contarle a su gente, con propiedad, aquellas cosas que vió en los variados museos de la zona, recordar los nombres de los sitios arqueológicos donde sus zapatos sintieron el mismo polvo, que cientos de años atrás, fue pisado por los súbditos de los grandes señores con estatus de reyes. Y no se olvide tampoco comentarles acerca de la naturaleza tan diferente de se observa en este Perú paralelo, con un mar generoso y bosques que resguardan la vida en la aparente sequedad de las arenas.
Datos prácticos a lo largo de la ruta
Altitud 0-45 msnm
Temperatura media anual entre 26°C y 17°C
Humedad media >80%
Máximo calor entre enero y marzo, pocas lluvias
Radiación UV 5-6 (media a alta)
Tiempo de viaje desde Lima a punto de inicio (avion+auto) 2:10 h
Santuario Histórico
Hambrientos por salir a ver que hay afuera, este día empezará con el viaje al Bosque de Pomac, una jóven área protegida bajo la denominación de Santuario Histórico, que debe su inusitado verdor gracias al río que la atraviesa y su también inusitado nombre –La Leche. En el bosque estarán los curtidos troncos de los algarrobos, muchos de ellos testigos del paso de la cultura lambayeque que dejó vestigios de sus construcciones, las cuales a veces cuesta diferenciar de montículos naturales pero que su atento guía le enseñará a distinguir. (Son 36 pirámides por si acaso).
Ahora, si usted disfruta de la observación de aves, no se olvide sus binoculares pues en dichos bosques podría encontrarse hasta 17 especies plumíferas de distribución restringida y entre ellas, 4 endémicas del Perú. ¿Nada mal no?. ¡Y si quiere sorprenderse aún más, entonces descargue la guía ilustrada gratuita de Internet!
Pasemos a otras cosas pues toca la visita al Museo Nacional de Sicán. Y es que hay un fenómeno que viene ocurriendo en los departamentos de Lambayeque y La Libertad y que tiene ya 30 años de reescribir mucho de lo que se suponía la historia de las culturas del norte del país. Los hallazgos de tumbas de personajes de alta alcurnia y la necesidad de albergar sus artefactos ha traído consigo una revolución museística que se colma de modernidad y dimensiones majestuosas dignas de los ricos hallazgos. Estos espacios se complementan con los sitios arqueológicos ya que varios museos en las ciudades tienen par en el lugar de las excavaciones, lo que permite tener la visión completa de los bienes rescatados y su entorno original.
El Museo Nacional de Sicán es novísimo (2001) para el Perú y la pequeña ciudad de Ferreñafe, y le hace homenaje a la grandiosa cultura lambayeque cuyo mayor legado ha sido el complejo de pirámides de Túcume, el cual será visitado a continuación.
Ahora se encuentra en donde Thor Heyerdahl (sí, aquel de Kon-Tiki), excavó y estudió, pues sabía que algo importante yacía aquí. Pues bien, la Huaca Las Balsas y sus frisos le dieron la razón, aunque tal vez le generó más preguntas que respuestas, pero de eso trata la arqueología ¿no?.

Por Enrique Jara
Y para culminar el día, qué tal una exhibición de técnicas ancestrales de tejido con uso de algodón nativo. Le sorprenderán las variedades de color que se pueden obtener naturalmente del algodón de esta región y la destreza de las maestras tejedoras, descendientes de la antigua civilización de la que tuvo bastante información en las horas previas.
Entonces, ya empapado de cultura sicán (lambayeque), vaya y procúrese nuevamente una cena especial y descanse pues mañana será el turno de lo moche.
La tumba de las tumbas
¿Sabía usted que uno de los más grandes descubrimientos de la arqueología peruana se salvó por muy poco de haber sido saqueado antes de que lleguen los arqueólogos?
Walter Alba, su descubridor, dice que de encontrarse al Señor de Sipán en el más allá, le diría con orgullo que la misión ha sido cumplida y que “sus bienes están a salvo y al cuidado de sus descendientes”. Usted visitará Huaca Rajada, sitio donde ocurrió todo y donde podrá revivir esa historia.

Por Bernard Gagnon
La realeza de la cultura mochica (moche) fue trasladada desde su lecho hacia lo que fue concebido como un nuevo y moderno templo digno de su estatus. El Museo Tumbas Reales de Sipán es de inigualables características y cuya visita podría equipararse a una peregrinación real -ya su guía le explicará. La sorpresa más grata se la llevará al saber que no sólo hay un rey o señor y sus ajuares, sino que también se preserva a su antecesor -tal vez más venerable aún, y sus respectivos séquitos.
¡Imperdible!
Santuario del oso andino y la pava aliblanca
Hoy se dirigirá al Área de Conservación Privada Chaparrí, movimiento pionero de conservación voluntaria de la sociedad civil en donde, por primera vez en el país, una comunidad campesina organizada logró la promulgación de un sitio natural bajo una figura para la cual se tuvo que crear su marco legal. Ello facilitó e impulsó un subsecuente efecto cascada de creación de áreas similares por todo el país, favoreciendo grandemente la conservación de la naturaleza y la subsistencia sostenible de familias y comunidades a lo largo de todo el territorio nacional.
Chaparrí es santuario de especies que tuvieron sus días contados y cuyas poblaciones se recuperaron gracias a proyectos de crianza y reintroducción. Si bien, tanto los osos y pavas que se observan en los alrededores, podrían considerarse algo así como semi-silvestres o semi-domesticados, definitivamente han contribuido a fortalecer la genética de las poblaciones originales y salvaguardar su futuro. Y por otro lado, es simplemente genial poder ver a estos animales en su entorno natural.
Además de otros cientos de especies que se pueden observar recorriendo los senderos de la reserva, también puede optar por simplemente relajarse en sus cómodas instalaciones. La visita comprende dos días y una noche antes de viajar a Trujillo para conocer un poco más de las culturas ancestrales, de manera que este es un excelente intermedio y oportunidad de relajarse en grande.
Dependiendo entonces de la hora en la que desee dejar atrás Chaparrí, podrá optar por una actividad en Trujillo el mismo día o simplemente viajar durante la tarde y descansar para reiniciar al día siguiente. En resumen:
Saliendo en la mañana habrá tiempo de sobra para visitar el Complejo Arqueológico El Brujo, antiguo centro ceremonial donde se puede contemplar el legado de alrededor de 5 mil años de ocupación por el ser humano, desde los nómadas cazadores-recolectores, pasando por las culturas Cupisnique, Moche, Lambayeque, Chimú e Inca, incluyendo la época colonial y hasta el presente. Además contemplará de cerca la historia de quien fuera la dama con mayor poder en la cultura moche quien se cree gobernó el norte del actual Perú en el siglo IV D.C, la Señora de Cao.
Patrimonio Mundial
Saliendo en la tarde habrá que esperar al próximo día para visitar las huacas del Sol y de la Luna, que si bien siguen siendo moche, son atractivos imperdibles antes de conocer la magnífica Chan Chan, que en breve cumple 31 años de ser inscrita en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, en consideración a que es una obra de arte del genio creador humano y un testimonio excepcional de una civilización desaparecida, la cultura chimú.

Por Carlos Adampol Galindo
Chan Chan es casi una fantasía hecha realidad, como una manualidad llevada a una escala grandiosa, las líneas que caracterizan sus fachadas, sus corredores laberínticos y sus muros geométricos son una visión muy especial. Más ahora con los nuevos y muy recientes hallazgos que ampliarán el conocimiento de dicha cultura y las posibilidades de asombro de los visitantes.
Creemos que finalizar este recorrido por la costa norte del Perú con una tarde en frente al mar de Huanchaco no puede ser mejor. Si bien sobre las aguas -o bajo ellas, no se pueden apreciar las grandes construcciones a las que nos tienen acostumbrados estas tres culturas que ha repasado en la última semana, sí será testigo de cómo la navegación ha sido conquistada y de cómo con naves aparentemente frágiles estos reinos y finalmente el último gran imperio del Tawantinsuyu extendió sus fronteras comerciales hasta lo que hoy es Ecuador, Chile y que posiblemente exploró hasta la polinesia. Algo para ponerse a pensar.
Recorrer la Ruta Moche es tan fácil como hacer clic aquí para ponerse en contacto con nosotros. Más conveniente aún es saber que la posibilidad de hacerla se mantiene aun cuando en el resto de las regiones del país las lluvias son limitantes. Escape del flujo del turismo masivo y conozca una faceta diferente del Perú.
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