Tengan en mente la emoción que debieron sentir expedicionarios como Hiram Bingham, al develar Machu Picchu (2.430 m), o el peruano Carlos Tomás Torrealva, al desentrañar el Gran Pajatén (2.895 m) en aquellas montañas que para otros eran sólo parte del relieve. Así como las ansias de descubrimiento de muchos otros que piensan que aún existe algo en medio del verdor, y que bajo cada capa de vegetación que se alza en la selva, puede que exista una pirámide en vez de una montaña.
Los incas nos han enseñado que las montañas no son simples elementos conquistables de la geografía, sino más bien, entidades venerables que deben ser tratadas con suprema delicadeza. Es así que no sólo nos han dejado su “ciudad perdida” sino también una “cuna de oro” que se envuelve en nubes y misticismo a diario.
Es entonces Choquequirao el destino que les queremos plantear, pues representa una verdadera aventura física, ampliamente recompensada con un premio espiritual. A sus más de tres mil metros de altura, este complejo arquitectónico se alcanza después de superar las muy cálidas temperaturas del profundo cañón del río Apurimac y también otras muy elevadas alturas.

(c) Lucas Merino Pavéz. Wikimedia Commons
Arribar a Choquequirao, conocer sus varios sectores, ver su magnificencia, y darse cuenta de sus características únicas casi no tiene comparación.
¿O tal vez sí?…
Se maneja la hipótesis de que Choquequirao (o partes del mismo), fue labor de los chachapoyas. Vayamos entonces al norte, a este otro reino de inconquistables hombres de montaña que sorprenden también por hacer de lo indómito su reino.
Pocos sitios en el Perú han dado origen a un descubrimiento de tal magnitud, ¡y vaya que eso no es fácil de decir en esta tierra! ya que alrededor de doscientas momias fueron halladas en una montaña, con pie en una laguna de aguas oscuras y en medio del bosque, llamada la Laguna de los Cóndores (2.600 m).

(c) Esteve Ribera. Google Maps
Es un destino cuyo recorrido plantea dificultades mayormente por el agreste terreno y el cambiante clima, y que normalmente se ofrece cubrir a caballo, aunque no parezcan muy lejanos los 32 kilómetros que lo separan de Leymebamba, donde se encuentra el museo que alberga a las momias recuperadas de la montaña. Allá quedan los mausoleos en las paredes verticales que desafían toda técnica de escalada. Llegar a esta montaña sagrada le parecerá un cuento de fábula, ni que decir del paisaje.
Ahora vamos nuevamente al sur, a la Reserva de Biósfera del Manu, pues sabemos de unas formaciones en la selva llamadas las pirámides de Pantiacolla o Paratoari (~600 m), y aunque lo más probable es que se trate de caprichosas formaciones de la naturaleza, siempre este tipo de cosas hacen volar la imaginación.

(c) Landsat / Copernicus
En la ruta a un mirador natural, los nativos de la zona los llevarán a unas cuevas donde reposan unas aves muy peculiares, ya lo verán. Desde el mirador tendrán una visión remota de las pirámides, de entre 150 y 200 metros de altura, que son prácticamente inalcanzables por la densa jungla (como toda leyenda), pero nuevamente los nativos nos conducirán hacia donde se especula que están las claves para acceder a tales estructuras.
Los petroglifos de Pusharo son unos interesante grabados en roca sobre los que se dice pueden ser indicaciones de cómo llegar a las pirámides. ¿Qué tal está su razonamiento abstracto? ¡Averíguenlo!

(c) Byron87. Wikimedia Commons
Pero, ¿cómo combinar todo esto? Nuestros diseñadores de viaje son expertos en planificar itinerarios que parecerían imposibles de otra manera. Pónganse en contacto con nosotros, ya sea completando nuestro breve formulario o simplemente escribiéndonos a espanol @ responsibletravelperu.com
Las grandiosas montañas del Perú esperan por ustedes.
Portada: Juanca Loayza. Wikimedia Commons
More from Chachapoyas
Chachapoyas, la musa del norte
Después de varios años desde nuestra última visita, nos fuimos alegremente a revisitar el indómito departamento de Amazonas, nombre que …
Ecoturismo responsable en el Valle del Utcubamba
Ecoturismo responsable en el Valle del Utcubamba es un artículo escrito por nuestra amiga Steph Dyson - Worldly Adventurer, inspirado …