Como venas saliendo de un corazón, el Camino Inca partía de Cusco en todas las direcciones dándole vida a un imperio a través de la más difícil geografía. La costa, la sierra ni la selva de montaña fueron obstáculo para que los Incas construyeran el Qhapaq Ñan o Camino Real desde Colombia hasta Argentina. La previa oficina de RESPONSible Travel Perú se encuentra dentro de uno de los 4 caminos principales: aquel que va hacia el Antisuyu, una de las cuatro regiones del imperio. Sin embargo, en todo este vasto territorio destaca un tramo del camino, y es aquel que parte de Piscacucho en las montañas de Vilcabamba y desciende por el bosque de nubes hasta el imponente Machu Picchu. Este recorrido es hoy en día una de las excursiones de trekking más famosas del planeta y está esperando a los viajeros que quieren conocer Machu Picchu como lo hicieron los primeros exploradores.
Aquí solo se puede entrar con operadores autorizados y con toda la logística necesaria, incluyendo porteadores, cocineros y guías que vienen, principalmente, de las comunidades aledañas. El viaje comienza con un día suave entre los 2,800 y 3,000 msnm rumbo al campamento de Huayllabamba, a través de sitios arqueológicos impresionantes y el paisaje del río Urubamba acompañando siempre al aventurero.
Luego de una noche bajo el cielo estrellado de Huayllabamba, amanece y empieza el día más exigente del viaje: el ascenso al abra Warmiwañusca o paso de la mujer muerta, a más de 4200 msnm. Aquí se llega luego de cruzar bosques de queñua – árboles retorcidos y de corteza naranja – y muchos construyen una torre de piedras localmente conocida como apacheta, una manera de rendirle culto a la montaña como agradecimiento por cruzar su territorio. Luego empieza el descenso al bosque de nubes, hacia el campamento de Pacaymayo Alto, a 3,600 metros de altura. Aquí el aventurero puede volver a echarse a contemplar el cielo mientras respira tranquilidad y naturaleza pura.
Al día siguiente continúa la caminata a través de las montañas que siguen descendiendo hacia la selva. El ecosistema ya ha cambiado y aquí ya habita el oso de anteojos y el gallito de las rocas. La vegetación es más tupida, y de los árboles crecen orquídeas de todos los colores y formas que uno se puede imaginar. Las nubes penetran el bosque y lo llenan tanto de humedad como de mística, mientras se va llegando hacia el campamento de Wiñaywayna (2,650 msnm) a través de sitios arqueológicos como Runkurakay, Saraymarca y Phuyupatamarca o “ciudad de la niebla”.
Al último día se amanece con el espíritu totalmente recargado y listo para cruzar el Inti Punku o Puerta del Sol, con una vista espectacular de la ciudadela de Machu Picchu rodeado de montañas de selva alta y más allá por los nevados de la Cordillera Vilcabamba, como el Salkantay. El resto es un sin fin de emociones que vale la pena ir a sentir.
Anímate a vivir esta experiencia como pocas en medio de los Andes cusqueños. Tenemos muchas maneras de vivir el Camino Inca de manera RESPONSable, y de seguro hay una esperando por ti. Visita nuestra web o escríbenos a espanol @ responsibletravelperu.com para que empiece tu aventura en el Camino Inca!
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