Varios son los pueblos que a lo largo del extenso y profundo cañón del río Colca prosperan en valles y laderas de montañas que parecen no tener fin, en un paisaje salpicado de volcanes en donde el turismo, aunque iniciado apenas hace unos treinta años, se ha convertido en una importante actividad de los lugareños.
Pueblos como Sibayo, Yanque y Coporaque, tan auténticos por las costumbres que mantienen sus pobladores; como encantadores por la fusión barroco-andina de sus iglesias, y sorprendentes por los majestuosos andenes y otros vestigios arqueológicos que poseen; además de su intrínseca belleza natural, son aquellos con quienes trabajamos y hemos desarrollado relaciones muy estrechas.
Es así que cuando, a mediados del mes de agosto de 2016, tembló la tierra por aquella región y las casas de hospedaje en Coporaque terminaron siendo notablemente afectadas, Guido –nuestro director fundador, hizo todo lo posible desde RESPONS y en coordinación con todo el equipo, logró recaudar fondos provenientes de donaciones para restaurar lo que se había vuelto inhabitable, e incluso ampliar la infraestructura para el servicio a los huéspedes.
La respuesta de nuestros antiguos clientes –familias que habían visitado la comunidad tiempo atrás, fue increíble y no dudaron en dar su aporte. A todos ellos nuestro más sincero agradecimiento. Así como también a los voluntarios que trabajaron directamente en la reconstrucción. Es así que, en poco tiempo, el dinero ya estaba siendo enviado a nuestros amigos de Coporaque, quienes habían apostado todo para dedicarse al turismo y que de repente habían perdido su inversión casi por completo.
Este 2017, exactamente un año después, lo padres de Guido -en representación suya y de todo RESPONS, acudieron a Coporaque para presenciar la re-inauguración de las cuatro casas de hospedaje, que nuestros socios de esta comunidad estaban tan orgullosos y contentos de poder volver a poner en servicio de los visitantes. Lo más emocionante fue que los padres de Guido no estaban al tanto de lo que había ocurrido, y de un momento a otro, se vieron sorprendidos con la noticia que además iban a ser ellos los nuevos padrinos de las cuatro casas.
Fueron dos días de hermosos paseos por la campiña y el valle del Colca, comiendo en la mesa como si se tratase de una misma familia, disfrutando de la amabilidad y sencillez de los coporaquinos, sus tradiciones –como la fiesta del agua que les tocó presenciar, y de la espontaneidad de los niños que los rodeaban constantemente.
En Sibayo, Yanque y Coporaque siempre hay algo diferente por hacer cada día; desde las rutinarias labores del campo, pasando por experiencias contemplativas durante los paseos a sus mayores sitios de interés en las cercanías, hasta de relax en las aguas termales que son comunes en la región.
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